sábado, 31 de diciembre de 2011

Interesante

Es la palabra en la que puedo resumir estos días que he vivido. Quizá no sea la mejor palabra para describir esta serie de acontecimientos, porque en el fondo no es que haya descubierto cosas que no me imaginase o que todavía no supiese... Pero bueno. No se me da muy bien que digamos esto de escribir... Simplemente puedo decir que parece que es verdad eso de que el tiempo pone a cada uno en su lugar, y que cada vez confío menos en las personas, yo creo que es el simple hecho de que con el tiempo me vuelvo en cierto modo más misántropa, sobre todo con la ignorancia. La ignorancia nos mata, a todos, es la peor enemiga que uno puede llevar a su lado, y lo peor de todo es que es para toda la vida, y no se cura de la noche a la mañana. En el fondo lo que siento verdaderamente es pena, intento ponerme en la mente de determinadas personas, pero no lo conseguiría nunca. De hecho, creo que debe haber otra palabra para lo que yo quiero transmitir ciertamente con ignorancia. No es esa ignorancia de que te pregunten en el Trivial una pregunta que jamás te habías preguntado ni te ibas a preguntar seguramente en toda tu vida. No. Debe haber otra palabra. A lo que yo me refiero es que, creo que simplemente hay determinados casos en los que yo consideraría que una persona tiene un trastorno psicológico. De hecho, a veces me encantaría saber más acerca de enfermedades o trastornos psicológicos, porque hay determinadas formas de pensar (si es que a eso se le puede llamar pensar) en las personas que considero mucho más allá de la anormalidad, de un simple hecho que no tiene mayor importancia. Hoy en día, tratamos el término locura como si de la propia cordura se tratase. Suena antitético, paradójico, o como lo quieras llamar, pero es la verdadera realidad. Creo que eso, en el fondo, es lo que me trae siempre por el camino de la amargura, cómo considerar la locura y la cordura... ¿Es que acaso el mundo no se volvió loco ya? ¿Es que acaso no lo ha estado desde siempre?... De todas formas, lo que yo quiero decir, es que debería haber un límite. Un límite que separe la locura de la cordura. Y en este mundo, ¿quién es el cuerdo? ¿Yo, o los demás? De momento me conformo pensando en que, quizá no sea tan malo eso de quedarse solo, al fin y al cabo, sé que siempre me quedarás tú para comprender todo esto que escribo, y que si esto mismo te lo estuviese contando ahora mismo mientras estamos tumbados en la cama, sé que lo entenderías, y sé que pensarías lo mismo que yo. Eso me basta. Y si es el mundo el que está cuerdo, mi compañera será la locura, y mi enemiga la cordura, sin remordimiento alguno. Qué bonito eres. No sé qué haría sin ti... ni qué habría hecho estos días sin ti a mi lado. Te lo dije, y lo vuelvo a decir, muy en serio. Gracias... gracias. Σ'αγαπώ. Y lo sabes, de sobra. Bueno, y creo que ahora me voy a cantar, contigo. xD ;)